Una de las cosas que más mala imagen puede dar es la puntualidad. En la facultad de Derecho los profesores esa facultad la tienen olvidada por completo, con sus excepciones está claro. Lo peor es en los exámenes en los que son convocados para una determinada hora y al final entre el retraso del profesor, la entrada en clase, la colocación de los alumnos y repartir los papeles se llega a empezar los exámenes, de media, más de 30 minutos tarde de la hora citada.
Hay que entender que los alumnos llegamos a la hora del examen nerviosos y que ese tiempo de espera es un sufrimiento que crea inseguridad y cansancio dado que alguno de los que se presentan al exámen llegan sin dormir o con escasas horas de sueño.
Por favor, sobre todo en los exámenes, habría que intentar no sólo llegar a la hora si no llegar antes para procurar empezar, más o menos a la hora el exámen.
¡RELOJ POR FAVOR!
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